Aemocional mucho mayor que otra. Y es curioso ver qué poca correlación hay entre la Inteligencia clásica y la Inteligencia Emocional. Un caso extremo sería el típico "empollón”, que llevado al límite es una máquina intelectual pero con una vida emocional desastrosa. Por otro lado podemos encontrarnos con gente que no paso de la escuela primaria pero que llevan una vida exitosa y poseen una vida ordenada y envidiable. Estos casos extremos no son lo común, pero es necesario darse cuenta de que hay que prestar mayor atención a este tipo de habilidades que pueden marcar nuestra vida tanto o más que el C.I.
* Autoconocimiento emocional (o conciencia de uno mismo) : Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan. En muy importante conocer el modo en el que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Nos sorprenderíamos al saber cuan poco sabemos de nosotros mismos.
* Autocontrol emocional (o autorregulación): El autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento. Es saber reconocer que es pasajero en una crisis y qué perdura. Es posible que nos enfademos con nuestra pareja, pero si nos dejásemos siempre llevar por el calor del momento estaríamos continuamente actuando irresponsablemente y luego pidiendo perdón por ello.
* Automotivación: Dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es necesaria cierta dosis de optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y actuemos de forma positiva ante los contratiempos.
* Reconocimiento de emociones ajenas (o empatía): Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los demás emiten de forma inconsciente y que a menudo son no verbales. El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede expresar por la expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a establecer lazos más reales y duraderos con las personas de nuestro entorno. No en vano, el reconocer las emociones ajenas es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.
* Relaciones interpersonales (o habilidades sociales): Cualquiera puede darse cuenta de que una buena relación con los demás es una de las cosas más importantes para nuestras vidas y para nuestro trabajo. Y no sólo tratar a los que nos parece simpático, a nuestros, amigos, a nuestra familia. Sino saber tratar también exitosamente con aquellos que están en una posición superior, con nuestros jefes, con nuestros enemigos...
Dudoso es que el mayor número de los estados de espíritu complejos ahora citados se revele por ninguna expresión determinada, bastante distinta para ser designada o descripta. Cuando Shakespeare dijo: 'LA ENVIDIA DEL FLACO ROSTRO, LA NEGRA O LA PÁLIDA ENVIDIA -LOS CELOS, MONSTRUO DE LOS OJOS VERDES'-, Spencer aplicó a la sospecha los epítetos de 'disforme, fea, ceñuda'. Uno y otro debieron tener conciencia de esta dificultad. Estos sentimientos pueden, al menos en su mayoría, traicionarse por la mirada. Pero en muchos casos nos dejamos guiar ante todo, y mucho más de lo que pensamos, por nuestro conocimiento anterior de las personas o de las circunstancias.
Los celos no se manifiestan, por el contrario, por ninguna señal visible. Cuando las observaciones se dan con algún detalle, éste casi siempre se expresa por medio de los ojos. El hombre culpable evita la mirada de su acusador, y lanza, por otra parte, miradas furtivas. Los ojos son dirigidos 'oblicuamente', o bien 'vagan de un lado a otro', o bien 'los párpados se hallan bajos y encerrados'. Los movimientos incesantes de los ojos resultan, probablemente, como se verá cuando hablemos del rubor, de que el hombre culpable no puede soportar el encuentro de la mirada de su acusador. Puedo agregar que he observado la mirada de la culpabilidad, sin sombra de temor, en algunos de mis hijos desde una edad precoz.
La astucia se expresa también principalmente, en mi concepto, por movimientos de los ojos o de tegumentos próximos a ellos. Estos movimientos están menos sometidos que los del cuerpo a la intervención de la voluntad, gracias a la influencia de la costumbre largo tiempo prolongada.
'Cuando tenemos ganas -dice Spencer- de mirar alguna cosa sin parecer hacerlo, en una parte del campo visual experimentamos la tendencia a suprimir la inclinación de la cabeza, que podría hacernos traición, y a ejecutar el movimiento necesario con los ojos solamente, que deben tomar una dirección lateral fuertemente pronunciada. Cuando nuestros ojos se vuelven a un lado, mientras que el semblante no acompaña su movimiento, nuestra fisonomía toma la expresión de la astucia'.
De todas las emociones complejas nombradas anteriormente, el orgullo es tal vez la que de modo más claro se expresa. El orgullo manifiesta un sentimiento de superioridad sobre otro enderezando la cabeza y el cuerpo entero. Manifiéstese 'alto' y se hace parecer tan corpulento cómo es posible. Por eso se dice metafóricamente: 'hinchado de orgullo'.
El pavo real, pavoneándose de un lado a otro, las plumas erizadas, es en ocasiones considerado como el emblema del orgullo. El hombre arrogante mira a los demás desde lo alto, bajo los párpados. Apenas accede a mirarles, o bien atestigua su desprecio por ligeros movimientos de las ventanas de la nariz o de los labios, análogos
* Autoconocimiento emocional (o conciencia de uno mismo) : Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan. En muy importante conocer el modo en el que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Nos sorprenderíamos al saber cuan poco sabemos de nosotros mismos.
* Autocontrol emocional (o autorregulación): El autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento. Es saber reconocer que es pasajero en una crisis y qué perdura. Es posible que nos enfademos con nuestra pareja, pero si nos dejásemos siempre llevar por el calor del momento estaríamos continuamente actuando irresponsablemente y luego pidiendo perdón por ello.